Hola, you.
Aquí, la señora de cuarenta que no se siente de cuarenta, escribiendo este newsletter con ganas de indagar en las tradiciones de los cumpleaños. Afuera todo es un bardo: Eurocopa/Election Campaign/Glastonbury pero hoy vengo hablar de estas birthday traditions.No solo cumplí yo el 14 sino que el 19, mi hijo cumplió ocho. Sí, tenemos cinco días de diferencia. Cuando la midwife hizo el cálculo para mi fecha probable de parto y me entregó un papelito que decía 14 de junio, casi me da algo. ¿Cómo voy a parir a mi primer hijo el mismo día de mi nacimiento? There is something wrong! Pero esa es otra historia. Y por suerte, el parto fue unos días más tarde de lo estimado.
Volviendo a las tradiciones, quisiera mencionar una que me gusta y otra que no. La que me encanta es la de las tarjetas. Acá, yes or yes, recibís varias en cada cumple. Los regalos vienen con una tarjeta pegada con cinta scotch o dentro de una bolsa que dice happy birthday y contiene tarjeta y regalo. Guay de ti si se te olvida agregar la tarjeta al regalo: that’s just not allowed. También hay gente que te las manda por correo postal, cosa que me da más alegría. Tengo una amiga British que fue mi vecina en Londres y me suele mandar tarjetas porque sí con algunas palabras manuscritas contándome de su vida y mandándome amor. Hasta me llegó a mandar galletitas caseras con una postal que decía: For my favourite Argentinian. Ella es un buen ejemplo de una mujer totalmente alejada de la frialdad con la que se suele asociar al pueblo británico. Ella abraza fuerte. No se si se deberá a que nos conocimos puérperas, las dos con nuestros primeros bebés a cuestas, bastante solas y vulnerables y necesitándonos la una a la otra, pero siempre que nos vemos nos pegamos abrazos de los que estrujan.
Lo paradójico es que la mayoría de la sociedad no suele ser tan cariñosa en términos físicos. Como ya dije, los saludos son shaking hands or a simple little wave aunque estés a centímetros de distancia, como si hubiera un cuerpo en el medio al que es imposible atravesar. Se sonríe, se ladea la cabeza, se levanta la manito: you alright? Y estamos. Por eso lo paradójico de las tarjetas, porque son re aplicados y las mandan en cada ocasión que se celebre, no solo birthdays. Te afirman su presencia mediante un pedazo de papel lleno de palabras amorosas e ingeniosas pero si te tengo adelante, keep away from me!
Mi suegro tiene un hermano al que vi cuatro o cinco veces en mi vida. Su mujer (99.9% segura de que es ella), nos manda religiosamente y por correo regalos y tarjetas para cada cumple de mis hijos y cada navidad. Always. Los regalos son todos personalizados: lápices de colores, cartucheras, lunchboxes, delantales, mochilas, tazas, you name it. Todo muy thoughtful pero no nos conocemos, really. Doesn't matter. La tradición se eleva a la enésima potencia y se sostiene, cueste lo que cueste. Fine by me: mis hijos coleccionan tesoros y yo puedo agregar una tarjeta más a la larga fila que decora la ventana de mi cocina, haciéndola mucho más lively y hermosa de lo que es.
La tradición que no me gusta es la del final de los festejos infantiles. Las fiestas son los fines de semana, cosa que allá en Argentina no sucede o no sucedía en mi infancia. Eso no me molesta to be honest, aunque hay que decir que las que son a las 9am un domingo rayan en la crueldad. Lo que sí me incomoda es que las velas se soplan pero la torta no se reparte. Quiero decir, el momento cake está y se canta el Happy Birthday como en todos lados PERO apenas termina la canción, pum, el adulto o adulta en cuestión desaparece con la torta y hasta luego. Las infancias se distraen y cuando llega el momento de irse reciben su party bag en la que hay, entre varios juguetes de plástico de un solo uso, una porción de torta envuelta en una servilleta. La primera vez que viví esta situación me quedé de piedra. Como diría mi hijo de cinco años: WHAT THE HECK? Y eso que se super esfuerzan en las tortas, creo que más que allá. No te ofrecen simples bizcochuelos con rocklets de colores, of course not. Las tortas tienen temáticas específicas, mucho icing, varios pisos y el nombre de la criatura on the top. Son obras de arte que se aprecian solo con los ojos.
Y sí, acá las tarjetas se envían en cada ocasión especial no importa cuan lejos vivas ni hace cuánto que no te veas (cosa que me encanta) y las tortas infantiles se comen en soledad (cosa que me perturba).
BRIT ART
No se si un futbolista califica como artista pero lo voy a traer igual. El jugador Marcus Rashford, que lleva la 10 en el Manchester United, inició, en plena pandemia, una campaña para que lxs chixs que recibían free school meals, las siguieran recibiendo en el confinamiento. El se crió en una familia monomarental y contaba con la comida del breakfast club y del almuerzo que ofrecía el colegio, así que cuando arrancó el lockdown buscó con quien asociarse para que se siguiera garantizando esto en las comunidades más vulnerables, como la de su childhood. Junto con FareShare, una ONG líder en el rubro, pudieron asegurar la distribución de 21 millones de meals for children and families who might not otherwise eat. El tipo juega en la selección inglesa y hoy es uno de los grandes referentes de esta causa social en el país, dándole visibilidad al tema y haciendo que el Gobierno actúe. Acá dejo la web de FareShare. Qué importante que lxs que tienen voz hablen por lxs que no la tienen.
USEFUL WORD
Foster care: offers children a safe and caring home when their biological families cannot take care of them.
El foster care es lo que conocemos como acogimiento familiar. Acá el foster parent es el que cuida de infancias y/o adolescencias durante un tiempo provisional hasta que son adoptadxs. Yo sabía del concepto y se que en Argentina también existe pero nunca había conocido a alguien que fuera un foster parent. Y en la clase de mi hijo más chico hay una nena que está viviendo temporariamente con un matrimonio mayor junto a su hermanito. Cuando arrancaron sala de cuatro, la mamá biológica estaba a cargo. I remember her. Después desapareció de la escena (don’t know the reasons) y la niña, desde hace casi dos años que está al cuidado de este matrimonio. Como hoy le organizaron una fiesta de despedida, porque la semana que viene se irá a vivir con sus padres adoptivos, pensé en traer la palabra. Y en celebrar que existan estas foster families. En Wales hay 3800 y en England más de 43 mil. El gobierno les cubre el cuidado pagándoles un monto mínimo but still. Good on them.
LAST BUT NOT LEAST
Y ya que estoy politizada, te dejo acá el primer episodio del nuevo podcast que lanzamos desde Comadre. Se titula Desplazadas y trata sobre lo que significa ser madre y latina. En esta entrega, nos centramos en narrar la maternidad en barrios populares y darle voz a sus protagonistas. Es un proyectazo periodístico que surgió en el marco de una beca que recibimos de parte de la Revista Anfibia que fue acompañada también por Danone Argentina. Espero que lo disfrutes. Fue un gran desafío profesional y me interesa tu mirada. Escuchalo!
Hasta la vista, you.